Internet ha pasado de ser fundamental a imprescindible

La ventaja de llevar tantos años dedicados al marketing digital, es que te permite poner en perspectiva las cosas.

Cuando yo empecé a trabajar en marketing digital, éramos “cuatro gatos”, y lo digo literalmente. Tanto los que nos dedicábamos a ello, como nuestra audiencia eran porcentajes mínimos. Internet era una tendencia prometedora, muy prometedora (tanto que la burbuja digital estalló).

En este tiempo hemos pasado de medir la penetración de Internet, a medir la del móvil y en ambos casos nos hemos quedado sin escala. Y estamos buscando la siguiente gran innovación.

No sabemos si serán innovaciones que vienen de lejos o algo nuevo. Hablamos de big data, la voz, la inteligencia artificial,… o de una combinación de todas ellas.

Internet ha pasado de ser fundamental a imprescindible

En uno de los últimos episodios de mi podcast (“Para vender, no siempre hay que vender”), estuve entrevistando a Aurora Llanos (Digital Sales Manager de IBM), repasando los cambios sufridos por las ventas digitales debido al COVID. Al hacerlo vimos clara una tendencia: internet ha pasado de ser fundamental a ser imprescindible.

En el caso de las ventas B2B hemos visto como cada vez son más digitales (tema principal de la entrevista), vemos como desde hace décadas se está buscando la manera de optimizar el proceso de venta acortando los plazos y desplazamientos.

Desde hace tiempo hemos visto como las ventas cada vez eran más digitales, pero había cierta reticencia a que lo fuesen por completo. Pero llegó el COVID y el confinamiento y nos encontramos con que la venta digital era el único camino.

El resultado es que el “experimento” no solo ha funcionado, si no que tanto compradores, como vendedores quieren que siga así. Esto supone acelerar el proceso de digitalización de las empresas al máximo. O estás adaptado a este proceso o te quedas fuera. En determinados sectores, te puedes quedar sin opciones.

Por eso Internet ha pasado de ser fundamental, a ser imprescindible.

Si miramos con perspectiva la historia de internet, vemos como ha ido creciendo la consideración de Internet:

  • En sus primeros años, éramos los cuatro early adopters que tratábamos de dar sentido a negocios digitales en un contexto de baja penetración digital.
  • Después estalló la burbuja digital e Internet pasó a ser un proscrito en las empresas, a ser un mal necesario. Teníamos claro que era el futuro, pero se había perdido tanto dinero, que el nivel de desconfianza era enorme.
  • A partir de 2003-2004, con una penetración digital ya considerable, los números empezaron a cuadrar y el sector se reactivó.
  • Hasta 2020 hemos ido creciendo a toda velocidad, cometido errores, vivido procesos de transformación, innovaciones, etc. pero Internet se ha ido ganando la consideración de canal de comunicación fundamental para cualquier empresa.
  • A partir de 2021 Internet deja de ser una opción para unos pocos y algo fundamental para otros muchos, para pasar a ser un canal imprescindible.

La pregunta es, ¿cuál es la siguiente innovación que nos hará crecer? Son muchas las que están en camino, pero todavía no hay una apuesta tan clara como Internet o los teléfonos móviles.

El COVID ha causado una nueva revolución digital

En mi opinión este acelerón en la digitalización de las empresas está creando una enésima revolución digital. No en el sentido tecnológico, si no en el estratégico. El COVID está suponiendo el empujón definitivo para que las empresas se lancen.

El problema de este impulso es que se está haciendo demasiado deprisa y sin orden. Estamos viviendo una nueva oleada de empresas que dicen: “quiero digitalizarme y obtener resultados ya”. Y obviamente esto no es realista. Quieren poner en marcha un proceso de años en meses.

Nuevamente necesitamos ver las cosas con perspectiva y trazar un plan que nos lleve hasta nuestros objetivos. Ya sabéis que la fuerza sin control no sirve de nada.

 

La imagen que acompaña al artículo (transformación digital) es de ShutterStock

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